Por datos se entiende cualquier información o hecho que pueda registrarse y almacenarse para su uso futuro. Pueden adoptar muchas formas diferentes, como texto, números, imágenes, audio y vídeo. En el contexto de Internet, los datos suelen referirse a la información digital que recogen, procesan y analizan diversos sistemas y aplicaciones.
Los datos pueden dividirse en dos categorías principales: estructurados y no estructurados. Los datos estructurados están muy organizados y siguen un formato o esquema específico, como una hoja de cálculo o una base de datos. Los datos no estructurados, por el contrario, no están organizados de una manera específica y pueden incluir cosas como documentos de texto, imágenes y publicaciones en redes sociales.
Los datos pueden recopilarse y generarse a partir de una amplia gama de fuentes, como sensores, dispositivos e interacciones de los usuarios. Por ejemplo, cuando navegas por Internet, tu dispositivo genera datos sobre tu historial de navegación y tus preferencias. Del mismo modo, cuando utiliza un dispositivo de seguimiento de la actividad física, éste recopila datos sobre su actividad física y su salud.
Los datos se utilizan de muchas formas distintas, por ejemplo para el análisis, la toma de decisiones y la automatización. Por ejemplo, las empresas pueden utilizar los datos para comprender mejor a sus clientes y orientar la publicidad, mientras que los gobiernos pueden utilizar los datos para fundamentar las decisiones políticas. Los datos también se utilizan en sistemas de aprendizaje automático e inteligencia artificial para entrenar algoritmos y hacer predicciones.
Sin embargo, la recopilación y el uso de datos también pueden plantear importantes problemas éticos y de privacidad. Es importante considerar cómo se recopilan, almacenan y utilizan los datos, y garantizar que las personas tengan control sobre sus datos personales y su privacidad.