El aspecto invisible y pervasivo es el que ha llamado la atención de los teóricos y de la sociedad civil en los últimos años. La posibilidad de que agentes externos, en este caso algoritmos que preseleccionan información que vemos, pueda reacomodar nuestras creencias y posicionarlas para crear una confianza injustificada, incluso llegando al punto de la arrogancia, esto con el objetivo de generar ganancias. Todos somos susceptibles a la radicalización.
Movimientos aparentemente inocuos y socialmente aceptables pueden deslizarse fácilmente a terrenos en donde los derechos humanos de ciertos grupos sociales se pongan en riesgo. Tan solo por poner algunos ejemplos empíricos, el veganismo fácilmente se puede convertir en ecoterrorismo, el antinatalismo en eugenesia, el feminismo en discriminación hacia personas transexuales y así muchos otros.